Familia LeBarón Lucha por Justicia Cinco Años Después de la Masacre
A cinco años de la masacre en la que perdieron a Rhonita LeBarón y a varios miembros de su familia, la búsqueda de justicia por parte de la comunidad LeBarón continúa. En el lugar de los hechos, una camioneta calcinada fue el primer testimonio de la tragedia. Las autoridades tardaron en llegar, supuestamente por falta de combustible, y los familiares se vieron obligados a recoger los restos de sus seres queridos para protegerlos.
Desde entonces, la comunidad ha enfrentado desafíos en su intento por lograr un reconocimiento como víctimas. La Comisión Nacional de Derechos Humanos y los tribunales administrativos federales han negado esta condición, limitando su acceso a derechos como la reparación. A pesar de estos obstáculos, la familia LeBarón ha decidido apoyar a otras víctimas, entendiendo que la solidaridad es una forma de resistencia y un camino hacia la justicia.
En el trayecto, la familia ha encontrado aliados entre activistas y ciudadanos que, cargando sus propios dolores, se han sumado a la lucha. Esta postura no ha estado exenta de críticas; el expresidente de la República llegó a calificar a uno de los líderes de la comunidad como «falsario», cuestionando su lucha por justicia y evidenciando la distancia entre la percepción gubernamental y la realidad que viven las víctimas.
Los datos oficiales de aquella época reportaron seis homicidios en Sonora el día de la masacre, mientras que la comunidad LeBarón contabilizaba nueve muertos en su familia. Esto evidenció la disparidad entre los números oficiales y la realidad en el terreno.
Actualmente, no se ha emitido ninguna sentencia por homicidio relacionada con el caso. Las únicas sentencias han sido por delincuencia organizada. Las audiencias intermedias para avanzar en el proceso judicial están pendientes debido al paro del Poder Judicial, al cual los LeBarón han expresado su solidaridad.
El 4 de noviembre, en el aniversario de la tragedia, la familia LeBarón tiene planeada una caminata desde Palacio Nacional hasta la Embajada de Estados Unidos. Este acto busca mantener viva la memoria de las víctimas y renovar la exigencia de justicia.