Por: José Cruz Pérez Rucobo
Disculpe la pregunta, De serlo, es usted un peligro para el sistema, a ese ente le convienen hombres y mujeres con miedos, sin agallas, que le de miedo la libertad y pretendan vivir de las migajas que despóticamente les arroja el referido sistema vía pensiones, mal educados y sin aspiraciones. Considérese libre, si no le teme:
– al qué dirán
– a la soledad
– a las religiones
– al futuro
– al gobierno (si no es parte de él)
– a las crisis económicas
– a los políticos y feligreses de partidos rivales
– al fracaso
– a la policía
– a personas físicas
– a los criminales
– a las injusticias
– a los desengaños amorosos
– a gente poderosa
– a lo sobrenatural
– a calumnias en su contra
– al debate de ideas
– a los accidentes
– a la mala suerte
– a la muerte…
– a la CFE
– a la otredad (esto es, los diferentes)
– a hacer el ridículo
– a desafiar lo establecido… y un largo etc.
Este test no es aplicable a fanáticos religiosos y mucho menos fanáticos políticos, les pido me disculpen por haberles quitado su valioso tiempo.
Trate de contestar para sí mismo, lo más honesto que le sea posible, aquí no es un examen escolar ni laboral, es personal. Los copiones y plagiarios, caen mal, están fuera de moda y en el desprestigio social.
Si es de esas valientes personas que de los miedos antes enunciados, tiene 3 o menos, considérese un hombre (o mujer) libre y temerario.
Si no tiene ninguno de esos miedos, es usted una persona formidable, ojalá México tuviera más personas así.
Tengo la fortuna, de contar entre mis amistades a personalidades de esa catadura, en sus manos está ser uno de ellos. Ah por cierto, me considero un hombre inevitable e irremediablemente libre.
Para terminar, decía Facundo Cabral (qepd), “Sólo les tengo miedo a los pendejos… porque son muchos”.
“Si no tienes la libertad interior, ¿qué otra libertad esperas poder tener?”
Arturo Graf
“La libertad es un lujo que no todos pueden permitirse”
Otto Von Bismark
“Los tímidos tienen miedo antes del peligro; los cobardes, durante el mismo; los valientes, después”
Jean Paul