La envidia, los anti valores y otras perversiones…

Este tema obedece a la imposibilidad (y que bueno) de hablar de política por la veda electoral, es pues un tiempo de desintoxicación de tan perniciosa actividad. Aunque debo precisar que la ley electoral no impide hablar de política, sólo prohíbe expresamente que se promocione tal o cual actor político y peor aún, que se pida el voto por él. Hoy voy a tomar el fascinante tema de la envidia, desagradable hábito de muchísima gente y hay tanto que decir de ella. Primeramente debo mencionar que es uno de los Siete Pecados Capitales y desde mi punto de vista el más despreciable, ellos son: la soberbia, la gula, la avaricia, la ira, la lujuria, la pereza y la envidia. ¿Nota usted como se da cerrojazo a la lista con el peor? Al parecer ese abominable pecado se encuentra más intensificado en nuestra cultura latina, veo a los escandinavos menos proclives a ella. Decía el insigne Escritor/Filósofo argentino Jorge Luis Borges, El tema de la envidia es muy español. Los españoles siempre están pensando en la envidia. Para decir que algo es bueno dicen: “Es envidiable”. Se dice que hay una especie de envidia sana (tengo mis dudas) esta se presenta cuando alguien desea poseer los bienes de otra persona, así, sin ir más lejos. La envidia digamos insana es cuando aquel que nada posee, desea que los demás estén en la misma situación y que pierdan sus posesiones, algo muy parecido al famoso perro del hortelano, aquel que “Ni come ni deja comer“. Quiero terminar este apasionante tema tocado en forma infinitamente breve en esta ocasión con la demoledora frase del escritor estadounidense Jackson Brown, “La envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento“, es decir palabras más palabras menos, sólo los mediocres y sin talento son envidiosos, ¿está usted formado en esa fila? Salga de ella inmediatamente.
 
¿Están en desuso los valores tradicionales? Quisiera que la respuesta fuera un rotundo NO, sin embargo a la luz de los hechos actuales así parece ser. Incluso el filósofo griego Demócrito 460-370 AC decía: “Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de burla” hoy, 24 siglos después la frase cobra plena vigencia. Qué ha pasado con los valores tradicionales como: la honestidad, la cortesía, la caballerosidad, la valentía, la lealtad, la dignidad, la ética, la cultura, el respeto… al parecer son letra muerta en la actualidad. Algunos ejemplos: antes era mal visto que en un camión de pasajeros una mujer fuese de pie y los caballeros sentados, cuando se entonaba el himno nacional lo hacíamos con patriotismo y respeto, se le daba un gran valor a la palabra empeñada iba el honor de por medio, en los enfrentamientos a golpes no se usaban armas, se daba el paso al transeúnte, el hombre pagaba la cuenta en un restaurante… ¿Qué tenemos ahora? Al parecer están en desuso esas normas de conducta y han sido desplazadas por actitudes o acciones contrarias como: descortesía, cobardía, corrupción, indignidad, deslealtad, incultura, etc. ¿Le suena anticuado mi escrito? Trate de comprender a un hombre en el umbral de los 66 años, atrás quedó la canción de The Beatles, “When i’m sixty four” que me parecía tan lejana e inalcanzable.
 
Blindado ante la crítica.- debido a mi pasión por la escritura que se remonta a más de (quizá) 60 años y por la dureza de mi crítica regularmente hacia el poder, me he ganado por parte de los aduladores del mismo severos e infundados señalamientos que la mayoría de las veces me resultan muy graciosos por: grotescos, infantiles, burdos, mal escritos y mal hechotes. En otra oportunidad les enseño a lastimar realmente. Desde kínder he sido objeto de rabiosos ataques no los justifico pero si los comprendo, estuve en un colegio atendido por monjas (III Centenario) toda mi instrucción primaria, asistía perfectamente limpio, no me ensuciaba, sacaba las mejores calificaciones, desde entonces era un ávido lector, regularmente se me daba el uso del micrófono por la facilidad de palabra, era bueno en los deportes y para colmo le agradaba a mis compañeritas, luego entonces era natural que les cayera medio atravesado a los compañeros, no a todos, solo a los más tontos y feos. La historia siguió el mismo tenor durante mi adolescencia, juventud y adultez en los ámbitos laboral y educativo. Así las cosas, me divierten y en ocasiones me hacen reír con sus comentarios tontorrones, desangelados, agresivos y presuntamente ofensivos, la mayoría de las veces no les contesto porque siento que me aprovecho de ellos. Bien decía Mauricio Garcés, “Nunca inicies una pelea con personas feas, ellos ya nacieron sin nada que perder“.
 
Publicado hoy en mi muro de Facebook.- Hoy caminé 7.8 kms. pronto llegaré a los 10 kms. de vigorizante caminata diaria. ¿Por qué comento esto? Porque no puedo ni debo dejar de compartir los beneficios del acondicionamiento físico con todos aquellos que no saben el inmenso placer que significa la salud, me causa pesar ver a hombres y mujeres quienes desde los 45 años empiezan a perder aptitudes físicas y lo peor mentales, otra ventaja de caminar, durante el mismo sólo pensamientos edificantes acuden a nuestra mente, se oxigena el cuerpo y se revitaliza el espíritu. Por eso escribo y publico estos contenidos, por si le pueden ser útiles a gente en esas condiciones para que incrementen su calidad de vida. Si además leen, se alimentan de manera saludable y practican ajedrez, mucho mejor, en mi pequeño negocio tengo un tablero de ese deporte ciencia siempre dispuesto para una buena partida con los amigos. También podemos degustar un té de cúrcuma y jengibre con nuez endulzado con miel virgen, cortesía de la casa. Entiendo que a los que no me conocen les puedan parecer raras mis publicaciones, lo que pasa es que yo me atrevo a ser diferente (que no mejor) que la mayoría.
 
“La envidia es tan flaca y amarilla porque muerde y no come”
Francisco de Quevedo
 
“La honestidad es la mejor de todas las artes perdidas”
Mark Twain
 
“La fuerza no proviene de la capacidad física, sino de la voluntad indomable”
Mahatma Gandhi 
 
Autor: José Cruz Pérez Rucobo
Foto: José Cruz Pérez Rucobo / Internet