Maru Campos no tomó de muy buena forma las críticas que le hicieron, por andar diciendo que en el 2024 no le van a dar cabina en el estado de Chihuahua a los morenistas comunistas.
Esto lo dijo en la Asamblea Municipal del PAN, y su comentario de inmediato generó reacciones por parte de la gente del partido guinda, a lo cual, la gobernadora les hizo un llamado para que le respeten sus opiniones, pues dice ella que ha respetado la de ellos.
Antes de mostrar su enojo, Maru Campos fue muy clara en explicar que su participación en el evento partidista cayó en domingo, es decir, no era su horario laboral.
Claro, desde el Palacio de Gobierno se respeta la opinión de los morenistas, pero qué tal en el Congreso del Estado y su “soberanía”. Esto se pudo ver muy claro, cuando toda la bancada de Morena quería dar la presidencia del Legislativo a Benjamín Carrera, pero por órdenes de Palacio se nombró a Adriana Terrazas, quedándole a Maru a la medida…
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Hablando de Adriana Terrazas, recibió muy sonriente el informe de los secretarios estatales, el cual le entregaron de mano a mano, César Jáuregui y Luis Serrato, en presencia de Mario Vázquez y de Isela Martínez.
Una vez que se entregó el documento impreso y las 33 memorias USB para que todos los diputados puedan echarle un ojo al documento, se abrió espacio a los reporteros para hacer sus preguntas.
Incomodo momento se vivió cuando Serrato y Jáuregui se aventaban la pelotita y las miradas para evadir las preguntas, pues, aunque ambos conocían las respuestas, sabían que no estaban en sus terrenos y evitaban protagonizar algún error.
En el caso de Jáuregui, pudo haber sido su colmillo, para llevar a su rival de amores hasta las cuerdas, pero Serrato supo salirse por la tangente y cómo perico, repitió lo que ha venido memorizando durante el último año.
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Se avecina una tormenta en Morena, y es que tras el triunfo de Brighite Granado, derivado de las mañosas negocias de su tío Juan Carlos Loera, la morenista comenzó a presentarse y autodenominarse como la nueva presidente del Comité Directivo Estatal de Morena.
Incluso tomó varias decisiones al interior del partido, se le olvidó hacer lo propio, pero de manera oficial, por lo que, ante los órganos electorales, el dirigente estatal guinda sigue siendo el profesor Martín Chaparro.
Por ahí dicen, esto traerá consecuencias legales contra Bighite, y consecuencias políticas contra el grupo loerista al interior del partido.
Habrá que esperar cuáles serán las reacciones, pero seguramente esto va a alborotar el río y alguien saldrá tarde o temprano a reclamar el trono.
