¡No abuse de la ingenuidad de la gente, Sr. López!

Por: José Cruz Pérez Rucobo 

Como dijera José José, “El amor acaba”. Su última desmesura (tropelía), fue otorgarle la honorífica presea, Águila Azteca a un dictador y verdugo de su pueblo (Cuba), Miguel Díaz-Canel, es una canallada. Hasta usted que es tan cruelmente insensible al dolor humano, debería compadecerse del sufrimiento y miseria del pueblo de la otrora rica isla. ¿Cómo es capaz de premiar a una persona tan repugnante? Este caso tiene demasiadas aristas que en su cortedad y chabacanería política no comprende. Una de ellas, quizá la más importante, es que, su fervor por los dictadores, nos puede traer un distanciamiento con nuestro principal socio comercial (EUA) de catastróficas consecuencias, le pregunto Sr. López, ¿quiere acabar con México? Para eso es usted muy eficiente. De seguir tensando la cuerda de la irritación social, le vaticino que será (ya es) el peor presidente del México independiente, peor que Agustín de Iturbide, Antonio López de Santa Anna y Victoriano Huerta. ¿Eso quiere para su futuro? Eso tendrá. Su estancia en el país se volverá insoportable, de suerte para usted, la barbarie que envolvió la muerte de Benito Mussolini ha sido superada y, aunque lo merezca no le acontecerá, será (ya lo es), un apestado social y deberá refugiarse en algún país que lo asile por humanidad. Es una historia de horror para un hombre que despertó tantas expectativas, sueños y esperanzas. Es usted un lamentable FRAUDE como persona.

Multa de $4,150 por insultar al presidente.- los nada brillantes diputados de Morena, votaron por esa ley el pasado 14 de febrero, medida que causó revuelo en la red social más politizada (Twitter) y el día de ayer (15 de febrero) los irreverentes tuiteros se dieron vuelo haciendo groseras alusiones a la autora de los días del primer mandatario. Los más modositos o cobardones (yo entre ellos), no nos atrevimos, sin embargo, muchos si, con justa razón, lo mandaron a mingar a su chadre. Hoy (16 de febrero), de manera teatral como acostumbra, el presidente en su Show mañanero, dijo a punto del llanto, que habrá de vetar esa ley, que respeta la libertad de expresión y el público conmovido hasta el paroxismo, rompió en aplausos (“E uno angelo”, se dijo). Puntualicemos, no le creo nada, seguramente sus nada independientes diputados, fueron aleccionados para promover y aprobar esa ley, para que luego viniera el Mahatma (alma grande) a derogarla y vestir el traje de héroe que tanto le gusta. No, no lo vio en la Película, “Rey de Reyes”, es una más de un gobierno donde el engaño es su piedra fundamental.

La corcholata Sheinbaum, ¿es o no es mexicana? Circula en redes sociales con profusión, una investigación (ignoro su veracidad) acerca del origen de la Sra. Sheinbaum, donde menciona que nació en un país de Europa del norte y no en México, ademas que tiene 65 años y no 60 por haber sido registrada en nuestro país a la edad de cinco años. La edad es lo de menos, lo interesante es que de acuerdo con la remendada Constitución Mexicana, sólo se puede acceder a la presidencia, habiendo nacido aquí. Se adjudica la investigación a un equipo de LatinUs, con mi proverbial sospechosismo, creo que en base al beneficiario de esta verdad o infundio es Marce (de cariño) Ebrard, de ahí precisamente viene la diatriba o tiro con chanfle. Sea cual fuere el resultado y quien sea el ungido(a), en la trastornado juicio de la grey morenista, permeará la idea de que, “Todo estaba fríamente calculado” por el emperador de Macuspana. Me pasma su habilidad, para como los gatos, caer siempre parado, es diabólica la maestría con la que ejecuta machincuepas con alto grado de dificultad. Sin ser adivino, podría asegurar que le candidata guinda a la presidencia, será una dama (y no forzosamente Claudia, piénsele).

 “Lo que hace que la ingenuidad sea tan agradable, es que no puede durar mucho”

Antoine Francois Rondelet

“La mejor forma para recibir insultos es sometiéndose a ellos. Si el hombre respeta, será respetado”

Henry Hazlitt

“Sería necesario imponer esta regla: no repetir jamás una afirmación malévola sin verificar su contenido. Aunque es cierto que así nunca se hablaría de nada”

André Maurois