¿Por qué triunfan los malvados?

Por: José Cruz Pérez Rucobo

Me hago esa pregunta de forma recurrente, la pregunta complementaria sería (aunque parezca un contrasentido), ¿por qué a los buenos nos va tan mal? Hay más interrogantes, ¿Dios existe? ¿y si existe, a qué equipo le va? Dejemos de lado las religiones. Los empresarios que venden o producen artículos de buena calidad a precios justos y que además pagan y tratan bien a sus empleados, raramente tienen éxito económico, lo común es que destaquen los miserables, agiotistas, explotadores, injustos y usureros. Algo como que no cuadra.

Esto funciona también en el mercado laboral, en varias categorías, desde el obrero hasta el ejecutivo, las promociones no llegan regularmente a los que tienen más conocimiento, se esmeran en hacer bien su labor o a los más honestos, las mejores oportunidades son para los barberos, intrigantes o flojonazos. Claro está, hay excepciones, como todo en la vida.

En la política es hasta gracioso y un tanto grotesco, para acceder a las posiciones de poder en el ejecutivo, legislativo y judicial, los requisitos parecen ser: servilismo, ineptitud, vicios, inmoralidad, deshonestidad, poca preparación, la violencia, la maldad, la traición… de tal manera que podemos encontrar a auténticos “Pajarracos” sin ninguna gracia y menos preparación alguna, en altísimos puestos ejecutivos.

¿Cuál es la motivación de un estudiante para obtener las mejores notas académicas? O bien de cualquier empleado de hacer eficientemente su trabajo, creo que ninguna, eso abona directamente en baja productividad y en demérito de la calidad de productos y servicios.

La sociedad mexicana en mi concepto está mal planeada, no aprovecha el potencial de sus jóvenes, hombres y mujeres valiosos, en su lugar promueve a lo peorcito. Necesitamos reestructurar de raíz nuestros sistemas, educativo, laboral y administrativo. No tenemos rumbo, no lo ve quien no quiere verlo.

“La suerte es siempre el último refugio de la pereza e incompetencia”

James Cash Penney

“Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien”

Víctor Hugo