Pese a que la gobernadora Maru Campos retomó la agenda pública, pareciera que sigue ausente ante la sociedad, pues la nueva metodología que se utiliza, es prácticamente la de blindar los actos “públicos” en los que aparece.
Ahora los accesos a las zonas, ya no decir cerca, sino medianamente cercana a donde se encuentra la mandataria, están totalmente restringidas, como si estuviera bajo alguna amenaza seria.
Para colmo, tiene estrictamente prohibido brindar algún tipo de atención a la prensa, por lo que los chihuahuenses no podrán saber nada de Maru Campos, que no sea los comunicados oficiales que salen del Palacio de Gobierno, dejando pasar todos los otros temas importantes de la vida pública.
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Dicen que ese mutis se lo instruyó su nuevo vocero Jorge Ramírez para evitar que Maru se enfrasque en algunas situaciones que pudieran resultar contraproducentes.
Sobre todo porque hay tres factores que no se contemplaban, los tres senadores; Javier Corral, Andrea Chávez y Juan Carlos Loera, quienes por cierto, dicen que desde su esfera de intocables, ya han comenzado a poner en marcha sus venganzas políticas, lentos pero seguros.
Ya hay varios de sus detractores que comienzan a guardar la cabeza para pasar desapercibidos, pero es sabido que esos tres piensan y actúan con el hígado y es casi imposible que olviden y dejen pasar algo…
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El secretario de la Función Pública y exfiscal general, Roberto Fierro, asegura que hay varias investigaciones abiertas contra exfuncionarios de la administración de Javier Corral, el problema es que se resiste a decir quienes o cuáles dependencias podrían estar involucradas.
Se escuda en la vieja confiable de decir que no puede dar información para no entorpecer las investigaciones, pero es tanta su renuencia a ofrecer aunque sea algún buscapiés, que ya comienzan a surgir las dudas si es que en verdad tienen algo o simplemente no hay nada.
También dice que mantiene buena comunicación con El Ballo Valenzuela, sobre todo en casos como la búsqueda de Arturo Fuentes Vélez, pero también se antoja difícil de creer, porque tampoco hay nada de nada.
