El primer ministro griego elogió el dramático rescate de una niña que derivó a mar abierto en un juguete inflable
Atenas— El unicornio tenía alas
Y cuando el lunes una niña de tres años se montó al juguete inflable en la playa en Antirrio, en el sur de Grecia, el viento los arrastró a ambos antes de que los padres pudieran reaccionar.
En unos momentos quedó en alta mar, sola y a la deriva, aferrándose a la pequeña cabeza blanca del unicornio.
Fue cuando Grigoris Karnesis, un veterano capitán griego de ferry, vio a la menor.
Al principio no podía creer lo que estaba viendo. Era tan pequeña y el juguete en el que flotaba se movía con tal rapidez que apenas tuvo tiempo de pensar.
Karnesis, el capitán del Salaminomachos de 50 años, se apresuró a acercar su ferry de 100 metros de eslora hasta el unicornio para rescatar a la niña. A medida que se aproximaban, la tripulación del ferry podía escuchar sus gritos.
Tuvo que maniobrar la embarcación —que puede albergar más de 300 autos y 500 pasajeros— lo suficientemente cerca para que alguien pudiera sujetarla sin volcar el unicornio inflable. El capitán también tuvo que cuidar que el unicornio no fuera arrastrado por la resaca del motor del barco. Apagó el motor delantero para “crear un lago”, dijo, alrededor del ferry.
Durante la maniobra hicieron descender la plataforma que se usa para subir los autos al ferry y su hermano, Vasilis Karnesis, el mecánico del barco, se deslizó al borde y sacó a la niña del mar.
“No había nada que esta niña pudiera hacer”, dijo por teléfono.
El rescate fue capturado en video por un pasajero, Petros Kritsonis, de 45 años, quien lo publicó en internet el lunes. Rápidamente se convirtió en una sensación y el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, llamó al capitán y a la tripulación para agradecerles.
Kritsonis dijo que había publicado el video “para mostrar el peligro de los juguetes marinos que todos usamos”. Los comentarios en redes sociales rápidamente culparon a los padres. La familia no ha aceptado las solicitudes de entrevista y hasta el viernes no se les había podido contactar. Karnesis dijo que las críticas eran injustas.
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“No sabemos qué puede pasar de un momento al siguiente”, dijo. “El mar es una cosa engañosa”.
Algunas publicaciones en redes sociales decían que la niña tenía 4 años pero Karnesis dijo que tenía tres y que le había impactado ver que la niña se aferraba al inflable que navegaba cientos de metros hacia el mar abierto. Como padre de dos niños pequeños dijo que si no hubiera podido devolver a la niña a sus padres, no habría podido enfrentar a su propia familia.
Dijo que la familia de la niña le había dicho que cuando el unicornio empezó a alejarse de la playa el papá se había apresurado a alcanzarla junto con otros en la playa. Algunas personas en la playa tomaron una balsa que estaba cerca e intentaron remar hasta ella pero una fuerte corriente los atrapó.
Cuando las autoridades griegas fueron notificadas, contactaron a la embarcación de Karnesis porque era la más cercana al lugar. El capitán calculó que llevaba unos 20 minutos flotando.
Cuando la niña finalmente fue puesta a salvo estaba abrumada por lo que había pasado.
“Se encontraba en estado de shock, no hablaba, estaba congelada”, dijo Kritsonis, el pasajero que grabó el rescate.
Pronto se reunió con su angustiada madre, quien también se quedó sin palabras.
“Solo hicimos lo que teníamos que hacer”, dijo Vasilis Karnesis, el mecánico del barco. En sus 22 años en el mar, dijo, esta era la primera vez que le tocaba rescatar a un niño.
“Al día siguiente”, dijo, “nos sentimos orgullosos”.
Con información de New York Times