Caravana antimigrante protesta en frontera con México

Este sábado, un grupo de personas llegó en camiones, camionetas y casas rodantes al extremo sur de Estados Unidos para expresar su preocupación por la migración y su impacto en el país, así como para “recuperar” la frontera. Uno de los vehículos llevaba la inscripción “Únete a la pelea de Dios” en su carrocería mientras se dirigía a un rancho en Quemado, un pequeño pueblo de Texas con una población de 162 habitantes y ubicado en la frontera natural con México, el Río Bravo.

Este río es utilizado por miles de migrantes cada mes, que emprenden largos viajes desde América Central y del Sur en busca de mejores condiciones de vida en Estados Unidos, lo que ha sido un tema central en el debate de las elecciones presidenciales de noviembre.

Los activistas que se hacen llamar “We the People” (“Nosotros, el Pueblo”) decidieron reunirse en el margen de este río bajo el lema “Take our border back” (Recuperemos nuestra frontera). En días previos, una de las organizadoras del evento los llamó el “Ejército de Dios” (God’s Army).

Estos activistas iniciaron convoyes desde diferentes partes del país hacia poblados en la frontera sur, donde planean acampar durante el fin de semana. Su principal preocupación es la migración en la frontera, que consideran “fuera de control” y una “invasión”.

Las camionetas que llegaron al lugar portaban banderas de apoyo al ex Mandatario Donald Trump, quien es el favorito republicano para las elecciones de noviembre, y lemas de rechazo al gobernante demócrata Joe Biden, quien buscará un nuevo mandato.

En la zona, se pueden encontrar carteles con mensajes como “El cielo tiene muros, el infierno tiene fronteras abiertas”.

La ciudad de Eagle Pass, ubicada a unos 30 kilómetros de Quemado, se ha convertido en el epicentro de un conflicto entre el Gobernador de Texas, Greg Abbott, y la Administración Biden. El Gobierno federal ha acusado a Abbott de tomar el control del parque Shelby con fuerzas militares y de instalar alambres de púas en la ribera del río, lo que ha generado tensiones y conflictos legales.

La situación también ha afectado a los negocios locales, como el de alquiler de kayaks de Jessie Fuentes, quien describe el río como una “zona de desastre” y lamenta la presencia de grupos que, según él, “dicen ser un Ejército de Dios” y propagan el odio en su comunidad.