¿Cómo castiga Rusia a presos políticos?

El prisionero más famoso de Rusia, el líder opositor Aleksei A. Navalny, pasa gran parte de su tiempo ordenando su celda, leyendo cartas y visitando el comedor.

Pero quizá lo más enloquecedor, narró, es verse obligado a ver la televisión estatal rusa y películas de propaganda durante más de ocho horas al día, en lo que las autoridades llaman un programa de “concientización” que ha reemplazado al trabajo forzado para los presos políticos.

“Leer, escribir o hacer cualquier otra cosa” está prohibido, dijo Navalny. “Tienes que sentarte en una silla y ver televisión”.

Y si un recluso cabecea, añadió, los guardias gritan: “¡No te duermas, mira!”.

Navalny no ha estado del todo callado desde su encarcelamiento.

A través de sus abogados, ha enviado publicaciones ocasionales en redes sociales.

En la Rusia actual, dejó en claro Navalny en entrevista para el NYT, las horas dedicadas a ver la televisión estatal y las películas elegidas por el director de la prisión son la experiencia de un preso político, estatus que Amnistía Internacional le ha asignado a Navalny.

Atrás quedaron los turnos de trabajos forzados en la minería o la silvicultura y el hostigamiento por parte de criminales y guardias que era el sello distintivo del gulag soviético para los presos políticos.

La experiencia moderna de un prisionero político ruso, dijo Navalny, es principalmente “violencia psicológica”, y el aburrido tiempo frente a la pantalla juega un papel importante.

Hora de publicación: 10:28 hrs.
Tomado de el reforma