La compra de Mexicana de Aviación es: ¿una transa del gobierno?

800 millones de pesos invertidos en una empresa en quiebra, pero además no se compró ningún avión, solo tres edificios y un simulador de vuelos, y el nombre, eso es lo que costó los 800 millones.

En un reciente anuncio, el gobierno mexicano ha sorprendido al público al revelar la adquisición de una aerolínea, desatando críticas debido a los cuestionamientos sobre la seguridad cibernética y la lógica económica detrás de la decisión. La noticia ha venido acompañada de revelaciones sobre la filtración de correos electrónicos de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), que parecen confirmar la compra planificada de la aerolínea.

Los cuestionamientos comenzaron meses atrás cuando la Sedena fue víctima de un hackeo, exponiendo su falta de seguridad cibernética. Los correos filtrados revelaron planes de comprar una aerolínea, que aparentemente se han concretado con la reciente adquisición. Aunque los detalles aún no se conocen completamente, se ha confirmado que la aerolínea adquirida es Mexicana de Aviación, una compañía que dejó de operar hace años y se declaró en bancarrota.

La polémica surge en torno a la lógica detrás de invertir 800 millones de pesos en la compra de una aerolínea que ya estaba inactiva y que posee solamente tres edificios, un simulador de vuelos y el nombre. Las decisiones económicas del gobierno han sido cuestionadas repetidamente, con ejemplos como la inversión de 4 mil millones de pesos para rentar 10 aviones Boeing 737, bajo la promesa de ofrecer boletos un 20% más baratos que la competencia. Sin embargo, la capacidad de estos aviones es limitada a 180 pasajeros, lo que plantea interrogantes sobre la viabilidad económica de la operación.

Las críticas han arremetido especialmente contra la falta de enfoque en la generación de ingresos propios por parte del gobierno, así como la falta de conocimiento sobre el funcionamiento del mercado de la aviación. Se ha señalado que la promesa de vuelos a 400 pesos como un intento de ganar popularidad, pasa por alto los fundamentos financieros necesarios para mantener una aerolínea en funcionamiento.

El hecho de que esta nueva aerolínea esté operada por militares en lugar de expertos en la industria ha causado aún más controversia. Los críticos argumentan que se requiere una combinación de habilidades, incluyendo marketing, comunicación y administración, para el éxito de una aerolínea en un mercado altamente competitivo.

La historia de las empresas operadas por el gobierno mexicano no ha sido precisamente exitosa, con ejemplos como Gas Bienestar y el INSABI que han enfrentado dificultades financieras y operativas. La falta de responsabilidad financiera y la ausencia de consecuencias para las decisiones económicas cuestionables han llevado a muchos a cuestionar la viabilidad de esta nueva empresa.

La falta de transparencia en la toma de decisiones y la aparente falta de conocimiento sobre cómo generar ingresos suficientes para mantener una aerolínea en funcionamiento han llevado a críticos y ciudadanos a expresar su preocupación. La compra de Mexicana de Aviación por el gobierno mexicano se encuentra en un contexto en el que las empresas operadas por el gobierno han enfrentado dificultades económicas, planteando dudas sobre la capacidad de esta nueva aerolínea para tener éxito en un mercado ya saturado.

A medida que esta nueva aerolínea comienza su operación, el país observa con escepticismo y preocupación, cuestionando la sabiduría de invertir en una industria altamente competitiva y compleja sin el conocimiento y la experiencia necesarios para garantizar su éxito. Los ciudadanos se preguntan si los errores del pasado se repetirán o si esta vez se logrará un enfoque más sólido y bien fundamentado en la gestión de esta nueva empresa gubernamental.