Reino Unido terminó con una de las cifras de muertos más altas del mundo por la pandemia.
El ex primer ministro británico, Boris Johnson, expresó el miércoles un profundo pesar por las vidas perdidas durante la pandemia del COVID-19 y reconoció errores, aunque se esforzó por detallar específicamente qué decisiones habría tomado de manera distinta.
Johnson asumió la responsabilidad personal por todas las decisiones tomadas y reconoció la frustración del público tras escuchar testimonios sobre presunta incompetencia, discordias internas y sexismo en la gestión del Gobierno durante esta crisis sanitaria sin precedentes.
La audiencia se vio interrumpida por manifestantes, algunos de los cuales fueron advertidos y en ciertos casos se les ordenó abandonar la sala por la presidenta de la comisión.
“Comprendo los sentimientos de las víctimas y sus familias, lamento profundamente su dolor, pérdida y sufrimiento”, declaró Johnson. Sin embargo, al ser cuestionado sobre alternativas a las decisiones tomadas, admitió la dificultad de enumerarlas en ese momento.
Johnson, primer ministro entre 2019 y 2022, renunció bajo desacreditación después de una serie de escándalos, incluyendo informes sobre reuniones con alcohol en Downing Street mientras la mayoría de los británicos estaban confinados.
La investigación ya ha expuesto críticas sobre la gestión de Johnson durante la crisis, incluyendo su reluctancia a imponer confinamientos y su aparente confusión con los datos científicos.
El ex primer ministro se enfrenta a un intenso interrogatorio durante dos días, en lo que se anticipan como las sesiones más incisivas de la investigación oficial sobre el elevado número de muertes en el Reino Unido durante la pandemia.
El ingreso de Johnson a la investigación se realizó en privado, evitando a las familias de los fallecidos, quienes buscaban confrontarlo por declaraciones atribuidas a él sobre preferir un elevado número de muertes antes que ordenar un nuevo confinamiento.
Mientras tanto, familiares y abogados de las víctimas criticaron a Johnson, exhibiendo fotografías de seres queridos fallecidos por el virus. El abogado Aamer Anwar, representante de familias escocesas afectadas, calificó la gestión de Johnson como una “cultura letal de impunidad e incompetencia”, tratando a las personas como “residuos tóxicos”.
La investigación profundiza en la respuesta gubernamental ante la pandemia, que se cobró la vida de más de 230 mil personas en el Reino Unido e infectó a muchos millones más.