*Crisis migratoria *En Juárez *Orgullo o tristeza

Muchos han asegurado que la gobernadora Maru Campos le pidió apoyo al canciller Marcelo Ebrard para tratar el tema de la crisis migratoria en Ciudad Juárez, y hasta han llegado a decir que le mando pedir ayuda o auxilio al presidente López Obrador.

Lo cierto es que no fue así, sino que, durante la visita de Marcelo Ebrard, la mandataria chihuahuense hizo hincapié en que el Gobierno Federal ha abandonado a los gobiernos locales en la problemática de la crisis, por lo que resaltó que se debe trabajar en conjunto.

No obstante, los morenistas aprovecharon para usar sus palabras a placer, modificando el mensaje y hacerlo a su favor, aún y cuando ellos mismos son conscientes de que la crisis migratoria se ha convertido en una crisis humanitaria por culpa de las nulas políticas aplicadas por AMLO en materia migratoria.

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El tema viene complicado, pues con la extinción del llamado título 42 y la entrada en vigor del título 8, se espera una deportación masiva de migrantes centroamericanos a México, y adivine usted ¿en qué frontera se espera el mayor número de deportaciones?… claro, en Ciudad Juárez.

Peor aún, los migrantes deportados, serán castigados por cinco años antes de que puedan pedir ingresar al vecino país nuevamente, es decir, la mayoría de los deportados, permanecerán en esa ciudad por lo menos cinco años más.

Aquí sí, ni Juan Carlos Loera, ni Benjamín Carrera, ni Andrea Chávez ni mucho menos, Cuauhtémoc Estrada, ha dicho pío para pedir a su falso mecías, que meta las manos por los chihuahuenses y busque alguna posible solución real.

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Chihuahua es la quinta mejor ciudad para vivir en todo México, según datos del Instituto Mexicano de Competitividad, pero ahora no sabemos si sentir orgullo o tristeza.

Aunque las autoridades quieran decir que es un logro para los chihuahuenses, la realidad es que puede ser un dato decepcionante para los mexicanos, pues no es que Chihuahua esté en óptimas condiciones, sino que el resto del país está por los suelos.

Si bien es cierto, la cercanía con Estados Unidos ha convertido a esta capital en una ciudad moderna y con ciertos avances sociales y tecnológicos que no se ven en otras latitudes del país, pero es que es difícil pensar que en medio de las olas de ejecuciones, asaltos, robo de vehículos, suicidios, baches, calles obscuras y demás constantes de esta ciudad, se haya podido colocar en ese puesto.

Tal vez a Chihuahua lo salva la bondad, hospitalidad y alegría de su gente, pero los gobiernos de todos los niveles, han dejado mucho qué desear, por décadas y no sólo en la actualidad.