Tras la respuesta de los elementos de bomberos llegaron a la escuela y de inmediato inspeccionaron la instalación de gas, sin que hubiera algún desperfecto, e informaron que el olor al combustible se debió a que el tanque estacionario de 500 litros se hallaba vacío por lo que al intentar recargarlo despidió el aroma, sin que hubiera riesgo.
No obstante, algunos padres y madres que llegaron de inmediato optaron por retirar a sus hijos, mientras que otro tanto al asegurarse de que no había ningún riesgo los dejaron para que continuaran con su día de clases.