*Los dos eventos *Doblete de bandos *Los empresarios chihuahuenses

Ahora fue el turno de Marcelo Ebrard de venir a hacer campaña a Chihuahua y aunque a la usanza de Morena, lo disfrazaron de alguna tontería, en este caso, de la presentación de un libro, el canciller mostró un músculo más pequeño pero irónicamente más fuerte que el de Claudia Sheinbaum.

Si bien, Ebrard no tuvo el apoyo de los diputados locales que integran la bancada de Morena, sí tuvo el recibimiento de la diputada federal Teresita de Jesús Vargas, quien se hace llamar Maite por cuestiones ideológicas, y nada más y nada menos que, del senador Rafa Espino.

La sola presencia del senador Espino de la Peña, por cierto, muy apegado a López Obrador, se lleva de calle a los débiles Cuauhtémoc Estrada, Benjamín Carrera y Oscar Avitia, quienes estuvieron a cargo de parte del acarreo para Sheinbaum.

Así las cosas en Morena, en donde las dos organizaciones brillaron por su deficiencia, su nula capacidad para resolver situaciones emergentes y en general, ambos eventos tuvieron una pésima organización.

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El que se anda dobleteando de bandos es el ex alcalde Marco Quezada, a quien se le vio junto a sus dos seguidores incondicionales, “El Jerry” Sustayta y Horacio Nava, rondando las faldas de Shenbaum y los pantalones de Ebrard.

Dicen que Marco Adán tiene completamente cerradas las puertas del PRI, en los otros partidos ni lo topan, y en Morena quedó muy mal parado con los resultados que dio en la última elección, pues Marco Bonilla lo barrió sin dejar margen de dudas.

Se sabe que MAQ no es bien visto por Juan Carlos Loera, pues en las campañas, Quezada hizo todo por parecer abanderado por el PANAL y no por Morena para no verse manchado de guinda, y en todo momento dejaba en último plano al partido que lo respaldó, peor aún, le sacó la vuelta a Juan Carlos Loera en el 99 por ciento de eventos públicos.

Por eso dicen que la única esperanza del ex priista, es Cruz Pérez Cuéllar, pues le funge como enlace en la capital, esperando los tiempos para que le rosen alguna candidatura mediocre en un futuro cercano, sólo para seguir figurando en la vida política de Chihuahua.

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Los empresarios chihuahuenses encabezados por Federico Baeza y Salvador Carrejo, siguen dando pasos en falso, y aunque ya aclararon que sus intenciones no eran respaldar a Sheinbaum sino conocer sus proyectos y explicarle algunos errores financieros de la 4T, no mejoraron ahora con Ebrard.

Resulta que los empresarios, durante su comida en La Casona con el canciller, pidieron mantener en secreto la lista de los asistentes, y eso que todo mundo sabe quiénes fueron los presentes.

Esto no deja ver otra cosa que sus verdaderas intenciones sí están con Claudia, pero que le quieren jugar al imparcial, no sin antes blindándose de las calumnias y las suposiciones, haciéndose ojo de hormiga frente a lo evidente.

El miedo no anda en burro y saben que por más acuerdos que puedan tener en las esferas federales, les restan cuatro añotes de Maru Campos, a quien se dirigen como “jefa”, mientras por atrás buscan atarle las manos.