*Policías Estatales sin botas *Policías Municipales sin control *Delincuencia

El secretario de Seguridad Pública Estado, Gilberto Loya Chávez, continúa con sus mañaneras con las que pretende hacer política.

Aunque esas mañaneras en donde Gilberto Loya básicamente hace un resumen de lo que pasó en la semana, es decir, no informa nada nuevo, salen bastante económicas por usar la infraestructura del Palacio de Gobierno.

Resulta que hay molestias dentro de la corporación, los agentes destacamentados en la Sierra Tarahumara, los de las áreas procesales, y los operativos en varios lugares de la zona occidente y noroeste, se quejan por la falta de botas y uniformes.

Pese a los eventos en donde hacen entregas simbólicas de equipo táctico para policías estatales, los uniformados siguen quejándose y aseguran que andan con remedos de equipo y hasta con chalecos antibala caducos, por lo menos es una queja sentida y que han externado varios de ellos quienes aseguran que las entregas simbólicas, en eso se quedan, en un simple show.

**

Hablando de policías, en las filas de la policía municipal, no es la primera vez en este año en que tienen que detener a agresivos policías.

Pareciera que a los mandos se les ha salido de control su personal, pues cuando no están agrediendo a sus esposas, están golpeando a vecinos, conductores o simple y sencillamente abusando del ciudadano de a pie.

¿Acaso le echarán la culpa a los exámenes de confianza de la FGE o a la capacitación de la SSPE? Aunque así fuera, es tiempo de que la DSPM también realice una verdadera limpia dentro de sus filas, y no sólo detenciones mediáticas.

El caso del agente Irving O. que este fin de semana barrió y trapeó con su esposa, se repite diariamente en la ciudad, y el problema es más frecuente en la DSPM, pero son pocas las valientes mujeres que se atreven a denunciar, por eso la misma corporación debería ir poniendo la lupa en sus agresivos policías.

**

A río revuelto, ganancia de pescadores, dicen ahora los adictos y malandrines de poca monta que aprovechándose de toda la violencia que hay en el estado de Chihuahua, se les han ido ocurriendo “travesuras” de esas como las de asaltar un camión de valores, matar a los compas de parranda sólo porque les caen mal o hasta violentar mujeres por puro gusto.

No es una casualidad, pues se ha visto que las corporaciones de los tres niveles se encuentran rebasadas por la delincuencia, y mientras se entretienen jugando con los cárteles de la droga, la ciudadanía se ha visto envuelta en un sin número de delitos ajenos a esa problemática.

El simple robo a vehículo a asalto a negocio y extorsiones, se duplicaron en este primer semestre a diferencia del año pasado, y no se digan los feminicidios, violaciones y ataques o agresiones a cualquier ciudadano que reclame el respeto de sus derechos.

De ese tamaño es el reto para Maru Campos y Marco Bonilla aquí en la capital, pues para bajar la incidencia delictiva común, tienen que mantener a raya a los grupos de la delincuencia organizada, que son los principales promotores del desorden.