Soldados de “tapabaches”

En medio de un panorama político y social cada vez más complejo, nos encontramos con decisiones que despiertan tanto sorpresa como preocupación. Recientemente, se ha anunciado la participación de las fuerzas militares en tareas que van más allá de su rol tradicional, como el mantenimiento de las carreteras federales. Esta noticia, sin duda, genera una sensación de incredulidad en muchos de nosotros.

Es comprensible que en un país enfrentando diversos desafíos, se busquen soluciones innovadoras. Sin embargo, la idea de ver a soldados desempeñando labores de mantenimiento vial nos hace cuestionar hasta qué punto se está desviando su función principal. ¿Qué sigue después de esto? ¿La militarización total de actividades que tradicionalmente corresponden a otros sectores de la sociedad?

Es importante reconocer la valiosa labor que realizan muchos miembros de las fuerzas armadas, pero también debemos ser conscientes de los límites de sus funciones y de los posibles impactos de estas decisiones en la sociedad. Resulta fundamental que exista un balance adecuado entre la seguridad nacional y el respeto a los derechos civiles.

En este contexto, es válido preguntarnos si estas medidas son realmente efectivas para abordar los problemas de fondo que enfrenta nuestro país, como el narcotráfico y la inseguridad. ¿Es acaso la solución adecuada tener al ejército ocupado en tareas que podrían ser desempeñadas por otros organismos gubernamentales o empresas especializadas?

Más allá de la eficacia de estas acciones, es necesario reflexionar sobre el mensaje que envían a la sociedad y sobre el papel que deseamos que jueguen nuestras fuerzas armadas en el futuro. En última instancia, estas decisiones no solo afectan el presente, sino que también moldean el rumbo de nuestra nación a largo plazo.