La Vicepresidenta Rosario Murillo, esposa del dictador Daniel Ortega, ha dado un golpe a la Suprema Corte de Justicia de Nicaragua al destituir a su presidenta, Alba Luz Ramos, junto con directores de áreas clave de ese poder del Estado.
Fuertes acusaciones de un golpe de Estado
Medios locales y ex funcionarios judiciales han calificado esta acción como un “golpe de Estado” debido a la abrupta y aparentemente ilegal sustitución de las magistradas.
Desalojo y vigilancia policial
La presidenta de la Corte, Alba Luz Ramos, y la magistrada Yadira Centeno González, fueron desalojadas por la Policía de sus oficinas el 24 de octubre, siendo enviadas a sus viviendas por orden de la Presidencia, según fuentes de medios nicaragüenses. Ramos se encuentra bajo vigilancia policial en su casa, y se ha reportado la destitución de más de 100 funcionarios del Poder Judicial vinculados a Ramos.
Intervención política y resistencia eliminada
Medios locales han señalado que la Suprema Corte está bajo intervención política por parte de Rosario Murillo y Néstor Moncada Lau, asesor de seguridad. El ex diputado Eliseo Núñez ha afirmado que la Primera Dama está buscando eliminar “focos de resistencia” a su ascenso como sucesora de Ortega, utilizando la fuerza para resolver esta situación.