Rusia.-‘Ya no tenía dinero para comprar comida’, dijo Yulia Khabitova a los policías cuando acudió a su casa para reconstruir la escena del crimen. Allí, junto a las autoridades y peritos, la madre narró cómo le quitó la vida a su pequeño de un año, llamado Timur.
Ya no había comida en el refrigerador. El niño lloraba y Yulia Khabitova de 28 años se sentía desesperada porque no podía alimentar a su hijo.
Con una muñeca en sus manos temblorosas, la madre recreó paso a paso el trágico desenlace. Primero usó una cuerda y la apretó fuertemente contra el cuello del bebé, posteriormente lo cubrió con una manta y lo enterró en el jardín.
Después de asesinar a su propio hijo, Khabitova llamó a la policía para decir que el menor había desaparecido. Días después tuvo que aceptar la responsabilidad del crimen cuando las autoridades comenzaron a sospechar y encontraron pruebas suficientes en su contra.
Todo va a estar bien, nunca volverás a tener hambre. Nunca volverás a llorar”, le dijo mientras le arrebata su vida.
La mujer había encontrado un trabajo en una empresa de paquetería pero declaró que no obtenía suficientes ingresos para la manutención de sus hijos.
Mientras tanto, la joven que se encargaba de cuidar al bebé afirmó que sentía lástima por él y que casi siempre le llevaba alimentos porque le parecía que estaba desnutrido.
Yulia Khabitova se encuentra presa en una cárcel de Rusia y podría recibir hasta 20 años de prisión.
Con información de Zócalo