El presidente municipal Marco Bonilla Mendoza, presumió la clausura de puestos dentro de la Feria Santa Rita, por estar poniendo en sus bocinas narco-corridos.
Aunque la medida se aplaude, también asombra la mano blanda que la Dirección de Seguridad Pública Municipal ha tenido en relación a las “tienditas” o “picaderos”, pues estos resultan aún más problemáticos que los corridos del narco en los comercios locales.
Por otra parte, se han aplicado cuantiosas multas a los artistas que en el Palenque han entonado corridos que hacen apología al crimen y la delincuencia organizada, sin embargo, nadie se explica, porqué siguen otorgando los permisos para esas presentaciones.
Peor aún, el patronato de la Feria Santa Rita, sigue poniendo dentro de sus carteleras a esos artistas relacionados con los grupos delictivos, esperando que no interpreten esas canciones que tanto daño han hecho a la sociedad.
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Los defraudados por Aras y Armando Gutiérrez, insisten en tener una audiencia con la gobernadora Maru Campos, aunque no se sabe para qué, pues fueron ellos mismos quienes firmaron los contratos que los hacían inversionistas y no clientes de la fraudulenta financiera.
Estos grupos han sido atendidos directamente por el entonces secretario general de Gobierno y hoy fiscal general del Estado, César Jáuregui Moreno, pero al parecer las víctimas de Armando Gutiérrez no se sienten satisfechos y quieren una indemnización por parte del Estado.
Dentro de su desesperación, incluso han llegado a asegurar que Maru Campos no los atiende porque también fue engañada, o que resultaría raro, pues los mecanismos de inversión de los políticos chihuahuenses, no caen en esas esferas bajas de evidentes estafas.
Si bien, fue un grave error por parte de los gobiernos, permitir la operación de esas empresas fraudulentas, pero los afectados ahora quieren que sean los chihuahuenses quienes paguen por ese error financiero, y esa ambición…
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La diputada Laura Contreras recientemente encabezó un encuentro amistoso con trabajadores de los medios de comunicación, pero dentro de esa coordinación estuvo una trabajadora de Radio Universidad, de nombre Carla Cabello.
Ahora se ha generado una confusión entre quienes cubren la parte informativa de los legisladores chihuahuenses, tanto locales como federales, pues no se sabe si la empleada de la máxima casa de estudios, trabaja para la diputada o para la radio de la universidad.
El asunto no es para nada grave, pero sí deberían explicar quiénes son los colaboradores de Laura Contreras y así evitar confusiones, pues entre los propios panistas, ya no saben quiénes son del equipo y quiénes no.
