Putin se niega a acoger refugiados por miedo a que se infiltren combatientes

Rusia.- Mientras Occidente protagoniza una carrera de fondo para evacuar a miles de afganos cuyas vidas peligran con la vuelta al poder de los talibanes, Vladímir Putin cierra las puertas de Rusia a cal y canto. Y no solo las de su territorio. También ha pedido a las exrepúblicas soviéticas de Asia Central que echen el freno y se opongan a recibir a personas procedentes del país vecino por el riesgo de que se infiltren «combatientes disfrazados de refugiados».

«No queremos que vengan milicianos que se hacen pasar por refugiados. No queremos reincidencia alguna de lo que pasó en los años 1990 y a principios de la década de 2000», aseguró el jefe del Kremlin en una reunión celebrada ayer con los cabezas de lista del partido oficialista Rusia Unida al recordar la expansión terrorista durante los años del Emirato Islámico de Afganistán antes de su caída con la invasión estadounidense de 2001.

Putin se mostró muy crítico con la idea de algunos países occidentales de reubicar a los refugiados de Afganistán en los países cercanos a Rusia mientras se procesan sus visas para Estados Unidos y Europa. «¿Eso significa que pueden ser enviados sin visado a esos países, a nuestros vecinos, mientras que ellos mismos (Occidente) no quieren llevárselos sin visado? ¿Por qué existe un enfoque tan humillante para resolver el problema?», se preguntó.

El presidente ruso no ocultó su profunda consternación ante el hecho de que las exrepúblicas soviéticas de Asia Central, algunas fronterizas con Afganistán, accedan a recibir evacuados. «Son nuestros aliados cercanos y nuestros vecinos con quienes no tenemos restricciones de visados», afirmó al esbozar los graves peligros que entrañaría dar cabida a «cientos, o miles o incluso millones» de personas. «¿Quién puede estar entre estos refugiados, cómo podemos saberlo?», cuestionó.

Putin, que mantiene abierta la Embajada rusa en Kabul, se ha ofrecido en cambio a mediar en las conversaciones entre los insurgentes y el gobierno anterior. «Afganistán guarda relación directa con nuestra seguridad», señaló. Aun así, no quiere ni oír hablar de la posibilidad de acoger refugiados. «Nadie quiere volver ahora a Afganistán, pero tampoco queremos que vengan elementos criminales de allí, ni de Siria. Estamos haciendo todo lo posible para que Siria no sea un semillero del terrorismo», insistió el mandatario, que estos días ha evaluado con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, la situación tras la conquista talibán.

Con información de Diario Sur