Columna Vía Libre
Juan Pablo Delgado Rentaría, delegado de la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo en Chihuahua, se puso a hacer una “pachangavirus” en sus oficinas ubicadas en el Paseo Bolivar.
Estaban varios de MORENA echando pistos y comiendo carne asada, cuando les cayeron el operativo de la Célula Covid, les tocaron la puerta pero no salieron, adentro le echaban agua al carbón para que no saliera más humo, el cual se veía desde varias cuadras a la redonda, ya que estaban en la azotea.
El pachangón era en honor a su cumpleaños, pues anda enfiestado desde el fin de semana y no se la puede cortar, importándole un comino las restricciones qué hay por la pandemia, al fin de cuentas para eso es abogado, para decir que es inconstitucional las restricciones y hacer lo que se le pegue la gana…
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Los policías municipales ahora tienen que andar comprando pintura de El Caballito para “cocinar” sus uniformes y que agarren color, pues ya están todos descoloridos y rotos.
En otras administraciones les daban dos uniformes cada 6 meses, pero ahora les dan dos uniformes cada 12 meses, bueno…eso era hace un año, porque ya llevan 8 meses que no les dan uniformes, se tienen que poner los descoloridos en la noche y los que tienen más o menos color en el día.
Pero algo curioso pasa en la Dirección de Seguridad Pública Municipal, pues los uniformes están guardados en el almacén desde hace meses…esperan a que los policías anden en garras -más-, para repartirles los nuevos uniformes, que al parecer será hasta el año que entra…
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Y ya que estamos hablando de Seguridad Pública Municipal, dicen que llegaron unas pruebas muy efectivas para detectar Covid-19 a los elementos que se sientan mal, pero que un Policía Segundo de apellido Santos se las llevó todas.
Puso de pretexto que fue por instrucciones de la alcaldesa, y que las iba a conservar para realizarle la prueba a los escoltas de los funcionarios de primer nivel, les dijo que lo que importaba era cuidar a los directores y no a los policías rasos.
Obviamente los policías le reclamaron al Segundo, pero dijo que le valía madre, que al cabo el está bien amarrado con la presidenta municipal…lo que en realidad pasa, es que éste tipo se cree el super protegido de la alcaldesa y usa el nombre de Maru para callarle la boca a todos los polis que reclaman un trato justo. Él nomás les dice: “son ordenes de la alcaldesa”…y todos se quedan callados agachando la cabeza. ¿Sabrá Maru que éste tipo usa su nombre para hacer de las suyas?
De tal manera que los altos mandos se están robando las pruebas Covid para su familia o venderlas más delante, y como siempre el más jodido es el policía de abajo, que nomás le toca apechugar…
