Las elecciones de las presidencias seccionales, transcurrieron en paz y sin incidentes relevantes; en el caso del municipio de Chihuahua, por su parte, Marco Bonilla había anunciado pleno respeto por la decisión de los habitantes de la zona rural.
Sin embargo, es difícil evitar que los municipios metan mano a esas decisiones democráticas, sobre todo cuando el mismo Municipio es el que financia todo el ejercicio de unas elecciones, de tal manera, que no tiene nada de democrático cuando orillan a los alcaldes a organizar el proceso.
Por esa notable pero conveniente intervención, fue que de entrada ya se supo que Beto Ramos, presidente seccional del Charco, no logró reelegirse y en su lugar estará Refugio Márquez, a quien se le vio muy activa en periodos de campaña, apoyando a las que hoy son las nuevas autoridades.
En hora buena por los “charqueños o charquenses”, pues con este triunfo se sabe que aseguran al gobierno municipal de su lado y por ende, estarán apartados de la confrontación por lo menos los próximos tres años.
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El que debe de explicar muchas cosas, es Juan Carlos Loera, pues dentro de su papel como virrey de Chihuahua han surgido graves irregularidades, en donde se ven involucrados millones de pesos de los programas del Bienestar.
Resulta que en el municipio de Guazapares se detectó un censo de más de 62 mil beneficiaros que mes con mes reciben sus becas, sin embargo esa población apenas alcanza los 8 mil habitantes, por lo que se debe aclarar que se hizo con los más de 50 mil cheques de 3 mil 600 pesos que nadie recibió pero sí fueron cobrados.
Ya de pasadista, habrá que darle carrilla a la Auditoría Superior de la Federación para que le dé una repasadita a los otros 66 municipios, porque si eso hicieron en un municipio pequeño, no queremos imaginar lo que se puede hacer en lugares como Chihuahua y Juárez.
Lástima que el tema será ignorado por el Gobierno Federal, tal y como se hizo cuando se sacaron las evidencias de que Jóvenes Construyendo el Futuro estaban cobrando apoyos de beneficiarios fantasma y de empresas que ni sabían que estaban dentro del programa.
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La grilla al interior del PRI cada vez se pone más intensa, y es que Omar Bazán está operando todas las estructuras que tiene a la mano para poder arrebatarle la dirigencia estatal a Alex Domínguez, quien en los últimos meses ha soportado de manera astuta los embates de sus propios compañeros de partido.
Ahora salieron los jóvenes ex candidatos del tricolor, Samuel Terrazas y Alan Rubio, ambos bajo la tutela de Ariel Fernández, quienes denunciaron que las dirigencias estatal y municipal a cargo de Alex Domínguez y de Ricardo Santana, se le voltearon al PRI en el pasado proceso electoral.
Sin embargo estos chavos sólo salieron a decir lo que los propios dirigentes anunciaron en medio del periodo de campaña, incluso con la venia de Alito Moreno, pues se trató de la estrategia para apoyar al PAN y poder rescataran algunos espacios que ya tenían perdidos, porque era obvio que ni Chela Ortíz ni Sergio Carrillo lograrían algún triunfo, pero la alianza sí les aseguró algunos espacios importantes para mantenerse vigentes en el servicio público.
