Columna Vía Libre
Este miércoles Maru Campos jaló para su corral un buen número de votos, y su día fue tan productivo que hasta logró conseguir más votos para Juan Carlos Loera, que el propio Juan Carlos Loera, así de fácil, así de sencillo es como la panista marca la agenda política del estado.
Mientras la priísta Graciela Ortíz oficializaba su declinación -que no es una declinación-, a favor de Maru Campos, y en donde se presentaron los principales actores políticos, líderes sociales y empresarios, para reiterar su apoyo a la panista, mientras tanto Juan Carlos Loera ofrecía una rueda de prensa para anunciar que se adhiere a su campaña el partido Fuerza por México, o lo que queda de él, ya que más de la mitad se fueron con Alejandro Díaz a apoyar a Maru, tan así que nisiquiera se molestaron en renunciar.
Como ya lo habíamos adelantado en esta columna, la alianza Chela-Maru generaría muchas reacciones al interior del PRI, y pues mientras los más listos comprenden la situación y saben que Graciela no tenía otra alternativa, los más huecos y radicales, hicieron el berrinche y anunciaron que preferían votar por Loera que por la alcaldesa con licencia; claro, los más huecos y radicales optaron por apoyar a Morena, un partido de huecos y radicales.
Aquí se debe dejar muy claro que Chela pide que voten por Maru Campos para la gubernatura, pero a su vez, pide que se vote por los candidatos del PRI al resto de las posiciones de elección popular, porque la declinación fue sólo moral, mediática y parcial.
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Morena ya siente el agua en el cuello y no encuentra la manera de poder repuntar en las encuestas, y las patadas de ahogado surgen por todos lados y aunque las acusaciones en contra de Maru Campos se van desmoronando, ellos insisten en que se le gire una orden de aprehensión.
Al puro estilo de Javier Corral, el abogado de Morena, Oscar Castrejón, se volvió a plantar a las afueras de la Ciudad Judicial para intentar presionar a Pablo Héctor González y al Poder Judicial, para que agilicen y arremetan contra Campos Galván.
Al ver perdida la elección, quieren a toda costa manipular al Tribunal Superior de Justicia del Estado, para descarrilar a quien encabeza todas las encuestas serias, cosa que en estas fechas se antoja difícil.
También los ataque orquestados en medios nacionales han vuelto en contra de Maru, hasta en contra de Bonilla, por cierto, salen muy mal redactadas las notas…
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Otro que ya sabe que los guindas van en picada, es Marco Adán Quezada, quien primero ponía en su propaganda el logo de Morena -en miniatura- y ahora le dio por seguirle los pasos a su amigo Fermín Ordóñez, y se dice el candidato del Partido Nueva Alianza, deslindándose abiertamente de los morenos.
Y es que desde un principio el chapulín priísta se sintió incomodo de abanderar los colores con los que NO comparte ideología, porque ni modo que digan que se siente muy orgulloso de su partido…claro que siempre sale con que es un candidato externo y bla, bla bla, a otro perro con ese hueso.
Incluso se ha visto una separación de las campañas de Quezada y Loera , pero separación abismal, a diferencia de las de Maru y Bonilla, Caballo y Riggs, Brenda Ríos y Paola Arroyo, y cómo no, si antes Quezada criticaba mucho a Loera, hacía comentarios en contra del gobierno federal en su cuenta de Facebook, sobre todo del agua de las presas, pero como ahora anda tras el hueso, los borró y se santificó en Morena.
Por cierto, quien la tiene ganada es Fermín Ordóñez, pues sale arriba por mucho en las encuestas por el Distrito 18; podría ser una buena noticia porque al Congreso del Estado le hace falta un viejo lobo que tenga el colmillo y el cabildeo que tiene Fermín “el señor de los detallitos” Ordoñez.
