En días pasado varios elementos de la Fiscalía General del Estado realizaron una “megapeda” en donde los excesos predominaron, a tal grado de que al siguiente día había varios agentes amanecidos y todavía bebiendo, de pronto se percataron de que alguien se había “pelado” con dos pistolas de cargo de los polis borrachales.
La búsqueda de las armas cortas, duró toda la mañana y fue cerca del mediodía del sábado cuando por fin las pudieron recuperar, pero el problema es que, en la fiesta, sólo había agentes ministeriales y fue uno de ellos quien se las “ratió”.
Ahora las investigaciones podrían destapar la cloaca que hay al interior de la Fiscalía General del Estado, pero posiblemente no se llegue a las últimas consecuencias, porque el fiscal Roberto Fierro insiste en negar el hecho y ocultar lo sucedido, y por ende, no se puede investigar de manera oficial un caso que legalmente no existió. Y así cada rincón de Fiscalía está por el mismo rumbo, ocultando todo.
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Irónico que la Comisión Para la Verdad que prometió el presidente López Obrador y en la que participa el Gobierno del Estado, haya sido instala en secreto, a puerta cerrada y con mucho sigilo.
La Comisión Para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las Violaciones Graves a los Derechos Humanos, Cometidas de 1965 a 1990, vendrá a reactivar varios expedientes de chihuahuenses que desaparecieron en el periodo de AMLO denominó “la guerra sucia”, y a los cuales se les había dado carpetazo.
El acuerdo lo firmaron el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez y la gobernadora Maru Campos, y fue el sábado cuando familiares de desaparecidos, algunos activistas, representantes de la Federación y del Gobierno del Estado, se encuartelaron para instalar en secreto dicha comisión.
Muchos pensarían que, al reactivar los expedientes, se pongan a temblar muchos que estuvieron en el poder por aquellas décadas, pero seguramente la mayoría de quienes pudieran resultar embarrados, ya están muertos, porque antes, así como hoy, los de arriba no se manchan las manos.
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Los panistas chihuahuenses ya se están lamiendo los bigotes, porque ahora todos le van a querer meter la mano a los 16.8 millones de pesos de financiamiento que les fue aprobado por la dirigencia nacional, para el Comité Directivo Estatal.
Lástima Margarito, dirá Gabo Díaz, porque este señor, lejos de ser político, es operador, estratega y coordinador de campañas, lo que se traduce a que la lana, se irá a los proveedores que sí tienen algo que ofrecer para el 2024 y no para los caprichos de algunos azules rémoras que, sin aportación alguna, fueron chipleados por Rocío Reza en los tiempos de Javier Corral.
Dicen que Miguel Riggs ya se anda arrepintiendo de sus actos, pues siempre era Rigba una de las empresas que más lana agarraban en tiempo pre electorales, pero por andarle haciendo caso a su padrino, el ex gobernador, -con quien también se peleó-, se tendrá que conformar con las migajas que le toquen en la franquicia del Caballo Lozoya y que administra Sánchez Villegas.
